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Palabras del Hermano Consiliario

Hace no mucho tiempo, el arzobispo emérito de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, se dirigia así a todos los miembros de las cofradías y hermandades zaragozanas: «no son los consiliarios una mera figura decorativa en nuestras procesiones, sino auténticos animadores de la vida cristiana entre vosotros. Ello les exige una entusiasta dedicación a vosotros y os pide una especial apertura a lo mucho que os puede ofrecer». Siendo tan relevante el poder contar con su colaboración, desde nuestra web abrimos una ventana a las sugerencias que nos propone para emprender el camino que nos debe volver a Dios, de volver a los hermanos.

Todos conocemos la situación actual de guerra y dolor en Tierra Santa, lo podemos ver en cualquier informativo, pero muy poco, casi nada, se habla de la situación de los cristianos que en este momento están viviendo tanto en Palestina como en Israel.

Antes del conflicto estas pequeñas comunidades cristianas tanto en Palestina como en Israel, sufrían una persecución encubierta que hoy es totalmente pública,

No es casualidad que de las dos iglesias católicas que existían en Palestina ya hayan sido destruidas por las bombas, y que en Israel los cristianos, lleguen a tener multitud de dificultades con parte del gobierno por el hecho de practicar una religión que no es la judía.

El Sepulcro de Cristo esta indisolublemente unido a María, que permaneció a los pies del Sepulcro de su Hijo, esperando la Resurrección.

Por eso los cofrades de la Humillación y María Santísima de la Amargura compartimos la es- peranza de saber que a pesar de las tinieblas del mundo, el triunfo será de la Luz y de la Vida, pero como María tenemos que estar cerca de los que sufren y padecen la Pasión de Cristo en nuestro mundo.

En definitiva es comprometernos con ellos, como dice San Pablo en su carta a los Romanos: “el que reparte la limosna, lo haga con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros”

El Santo Sepulcro nos recuerda constantemente que hoy muchos hombres y mujeres en nuestro mundo están sufriendo la pasión de Jesús en sus cuerpos (la guerra, el hambre, la falta de libertad y justicia, los malos tratos, la explotación de cualquier tipo, el abuso de poder…..)

Las tinieblas del mundo son poderosas, pero como María sabemos que la última palabra no la tiene el mal, sino la Vida y el Amor.

Queridos hermanos, nuestra fe tiene que ir unida a nuestra caridad, como también nos dice el apóstol Santiago “Muéstrame una fe sin obras y yo por mis obras te demostrare mi fe”

Fe y Amor van unidos, nuestra fe, nuestra manera de ser hermanos, cofrades, se manifiesta en nuestras obras de amor y de caridad.

Que no apartemos el amor y la misericordia de nuestra devoción a Jesús y a la Virgen.

 

Rvdo. D. Sergio Blanco Izar
Consiliario de la Cofradía