MENÚ

Tal día como hoy ... 20 de octubre

Esta sección de la web nace con el único objetivo de acercar diariamente al lector a la historia de la bimilenaria e inmortal ciudad de Zaragoza a través de su larga tradición eclesial y de la ferviente devoción popular plasmada, principalmente, en la vida de sus cofradías y hermandades. Con la conmemoración de una de las tantas efemérides que se conmemoran cada día, buscamos una excusa con la que dar a conocer, aunque sea a través de unas breves líneas, lo que a lo largo de los siglos nos ha llevado a ser lo que somos: cofrades de Zaragoza
.

TAL DÍA COMO HOY 20 DE OCTUBRE DE ... 1697
Convocado por el Arzobispo Antonio Ibáñez de la Riva Herrera, se celebraba un Sínodo Diocesano en el que se promulgarían una serie de constituciones que afectarían directamente a las cofradías y a las procesiones.

En las constituciones publicadas se incluiría un apartado concreto para las cofradías, el título V bajo la denominación “De Confraternitatibus”, disponiendo diversidad de normativas a cumplir por las cofradías empezando por su propia creación, ya que se mandaba que «no se instituyese cofradía alguna sin la especial y expresa licencia de la Autoridad Eclesiástica», al igual que en las ya existentes, no se renovasen sus Estatutos sin ser examinados y aprobados por el propio Arzobispo o su Vicario General. De modo similar, el Juez de Pías Causas debería visitar anualmente a las cofradías para controlar la observancia de sus Ordinaciones, regulando algunos excesos detectados en las cofradías de la época en cuanto al destino de los donativos recibidos o el cobro abusivo por la aplicación de sufragios por las almas de los difuntos.

Y no serían estas las únicas directrices que afectarían a la actividad cofrade, ya que también se dictarían normas tanto para el culto y aderezo de las imágenes como en el desarrollo de las procesiones. En el título IV “De Generalibus, et Privatis Processionibus” se propagaban algunas de las disposiciones que el mismo Arzobispo había ya comunicado dos años antes a la Hermandad de la Sangre de Cristo, instando a que en el cortejo obligatoriamente fueran separados hombres y mujeres concurriendo con la cara descubierta so pena de excomunión, excepto «los que se azotan y llevan los pasos» y exhortando a que se asistiera tanto a los Oficios como a las procesiones «con la máxima reverencia, modestia y devoción posible, yendo vestidos en trajes modestos, excusando adornos y galas profanas para manifestar el dolor por la muerte de Cristo».

Bibliografía: Pardos Solanas, Carlos: "Normas para cofradías y procesiones en los Sínodos zaragozano del siglo XVII". "Tercerol. Cuadernos de investigación. Zaragoza", nº 10. Asociación para el Estudio de la Semana Santa, 2006.

Licencia Creative Commons El texto "Tal día como hoy ... 20 de octubre" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2015.

Imagen principal: Portada del libro de las Constituciones Sinodales del Arzobispado de Zaragoza del año 1697.