
Esta sección de la web nace con el único objetivo de acercar diariamente al lector a la historia de la bimilenaria e inmortal ciudad de Zaragoza a través de su larga tradición eclesial y de la ferviente devoción popular plasmada, principalmente, en la vida de sus cofradías y hermandades. Con la conmemoración de una de las tantas efemérides que se conmemoran cada día, buscamos una excusa con la que dar a conocer, aunque sea a través de unas breves líneas, lo que a lo largo de los siglos nos ha llevado a ser lo que somos: cofrades de Zaragoza.
Como no podía ser menos en una comunidad religiosa ilustrada desde su fundación con la Santa Imagen de Nuestra Señora del Olivar o del Milagro (y a la que su ilustre y antiquísima Cofradía honraba con solemnes cultos y procesión cada quince de agosto), el prodigioso hallazgo no sólo supondría una gran alegría sino que también provocaría todo un estallido de devoción mariana.
Según el Lumen Domus del Real Monasterio de Predicadores, y al que hace referencia el Padre Faci en su “Aragón, reyno de Christo y dote de María Santísima…”, en vísperas de la fiesta de la Purísima Concepción apareció, doce palmos bajo tierra y en el pozo bajo la hospedería mandado abrir por el prior Martín Bernad para conservar la nieve, «una argamasa y dentro de ella una piedra muy labrada por fuera y cubierta con otra, en cuya cavidad se halló una imagen de bulto de Nuestra Señora» prosiguiendo la excavación el día 9 encontrando también otra imagen similar a la primera con una inscripción que decía «Iesus Maria, Anno Domini 1492».
Ambas imágenes de María con el Niño Jesús en sus brazos tenían una altura aproximada de unos 40 centímetros, siendo restauradas renovándose los colores que habían perdido y exponiéndolas en una capilla subterránea construida “ex profeso” hasta que fueran trasladadas, años después, a la nueva Iglesia. Al no tener nombre, los frailes Juan y Andrés de Maya, muy devotos de las mismas e imitando las veneradas en el barcelonés Convento de Santa Catalina regentado por la misma Orden, les “bautizarían” con los de “Nuestra Señora de la Buena Suerte” y “de la Buena Muerte”.
Bibliografía: Faci, Roque Alberto: “Aragón, reyno de Christo y dote de Maria SSma. fundado sobre la columna inmóvil de Nuestra Señora en su Ciudad de Zaragoza aumentado con las apariciones de la Santa Cruz”. Zaragoza, en la oficina de Joseph Fort, 1739; Cofradía de Nuestra Señora del Olivar y del Milagro (Zaragoza): "Ordinaciones de la muy ilustre y antiquísima Cofradía de Nuestra Señora del Olivar y del Milagro, fundada en su hermita [sic] sita en la calle de Predicadores de la ciudad de Zaragoza. Zaragoza: en la Oficina de Blas Miedes, 1786.
El texto "Tal día como hoy ... 7 de diciembre" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2015.
Imagen principal: Antiguo refrectorio del Convento de Santo Domingo o de Predicadores, convertido actualmente en Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente (fotografía del Archivo Municipal de Zaragoza).
