
Esta sección de la web nace con el único objetivo de acercar diariamente al lector a la historia de la bimilenaria e inmortal ciudad de Zaragoza a través de su larga tradición eclesial y de la ferviente devoción popular plasmada, principalmente, en la vida de sus cofradías y hermandades. Con la conmemoración de una de las tantas efemérides que se conmemoran cada día, buscamos una excusa con la que dar a conocer, aunque sea a través de unas breves líneas, lo que a lo largo de los siglos nos ha llevado a ser lo que somos: cofrades de Zaragoza.
En la mañana del último día del año, «radiante, despejada y luminosa», comenzaba en la Casa Consistorial el recorrido por toda la ciudad de una colorista comitiva formada por medio centenar de personas y que, encabezadas por el guión de la ciudad, los clarines y timbales del Ayuntamiento así como por guardias montados a caballo con sus respectivas armas vestidos según establecían las Ordinaciones de la ciudad en la época imperial, acompañaban y escoltaban a un heraldo vestido con los colores blanco y morado de la Virgen que tenía como misión hacer solemne entrega a las autoridades y parroquias de la pastoral promulgada por el Arzobispo Rigoberto Doménech por la que se invitaba a todos los feligreses y vecinos a las festivas celebraciones conmemorativas del XIX Centenario de la Venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza.
Y mientras la ciudad se preparaba para un año jubilar en el que recibiría a más de cien mil peregrinos procedentes de los cuatro puntos cardinales, en el templo pilarista finalizaban aceleradamente los trabajos de instalación de las 18 toneladas de material procedente de Alemania usados para reproducir, mediante una potente megafonía, la grabación de la jaculatoria mariana entonada por los “infanticos” alumbrándose a su son los grandes rótulos luminosos implantados en las torres y cúpulas del templo con la letra de la popular pieza que, aún hoy, sigue llamándonos a fortalecer cada día nuestra fe al igual que hizo María con el apóstol Santiago: «Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea bendita y alabada».
Bibliografía: Aladrén Hernández, Jesús y Pasamar Lázaro, José Enrique: “Celebraciones marianas. Fiesta litúrgica de la Venida y conmemoración del XIX Centenario” en “Santa María del Pilar: una tradición viva”. Heraldo de Aragón, 2010; "Las fiestas del XIX Centenario de la Virgen del Pilar" en "Aragón. Revista Gráfica de Cultura Aragonesa" nº 164. Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón. Zaragoza, 1940.
El texto "Tal día como hoy ... 31 de diciembre" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2015.
Imagen principal: La cabalgata anunciadora del XIX Centenario de la Venida de la Virgen a Zaragoza a su paso por la plaza del Pilar (fotografía de Lozano en "Aragón. Revista gráfica de cultura aragonesa". Enero, 1940).
