Esta sección de la web nace con el único objetivo de acercar diariamente al lector a la historia de la bimilenaria e inmortal ciudad de Zaragoza a través de su larga tradición eclesial y de la ferviente devoción popular plasmada, principalmente, en la vida de sus cofradías y hermandades. Con la conmemoración de una de las tantas efemérides que se conmemoran cada día, buscamos una excusa con la que dar a conocer, aunque sea a través de unas breves líneas, lo que a lo largo de los siglos nos ha llevado a ser lo que somos: cofrades de Zaragoza.
TAL DÍA COMO HOY 8 DE MAYO DE ... 1333
El infante Pedro de Aragón y Anjou fundaba una Cofradía bajo la invocación de la Sagrada y Pura Concepción de Nuestra Señora, Santa María, Virgen y Madre gloriosa en la que ingresarían los miembros de la Casa Real.
Con anterioridad a que Sixto IV aprobara en 1477 la Misa y Oficio de la fiesta de la Concepción Inmaculada de María; previamente a que Clemente XIII proclamara en 1760 a la Inmaculada como patrona de España; y más de medio milenio antes de que Pío IX declarara su definición dogmática contenida en la bula “Inffabilis Deus” de 8 de diciembre de 1854, era tal el fervor y la devoción que en la Corona de Aragón se tenía ya por la creencia de que María fuera concebida sin pecado original, que el infante don Pedro impulsaría la creación en el Convento de San Francisco de una “Cofradía de la Casa del Señor Rey” en honor de la Inmaculada Concepción a la que únicamente podían acceder los nobles y empleados del séquito del monarca y a la que, posteriormente, se agregarían los gobiernos urbanos de la Corona y sus oficiales.
Enaltecida por la declaración en el Sínodo Diocesano de 1377 en el que el Arzobispo de Zaragoza, Lope Fernández de Luna, ordenaría la celebración de la fiesta “inmaculista” a perpetuidad, el rey Juan I de Aragón impulsaría su crecimiento definitivo puesto que, hallándose en nuestra ciudad en 1391, ordenaría que los congregantes residentes en Barcelona celebraran la fiesta solemne de la Purísima Concepción en la Capilla Real. Tiempo después, sería Martín “el Humano” quien regularizaría el funcionamiento de la Cofradía fijando, entre otras medidas, la celebración de la fiesta principal en Catedral de Barcelona así como estableciendo el orden que debía seguirse en la procesión que la Cofradía celebraba en la Ciudad Condal, comprometiéndose a prestarles cada año una imagen de la Santísima Virgen.
Bibliografía: Madurell Marimón, Josep María: "Dos manuscritos de la Cofradía del senyor Rey". Hispania sacra. Revista española de historia eclesiástica vol. 21 (1968) p. 429-480; Labarga García, Fermín: "El posicionamiento inmaculista de las cofradías españolas". Anuario de historia de la Iglesia, Nº. 13, 2004.
Con anterioridad a que Sixto IV aprobara en 1477 la Misa y Oficio de la fiesta de la Concepción Inmaculada de María; previamente a que Clemente XIII proclamara en 1760 a la Inmaculada como patrona de España; y más de medio milenio antes de que Pío IX declarara su definición dogmática contenida en la bula “Inffabilis Deus” de 8 de diciembre de 1854, era tal el fervor y la devoción que en la Corona de Aragón se tenía ya por la creencia de que María fuera concebida sin pecado original, que el infante don Pedro impulsaría la creación en el Convento de San Francisco de una “Cofradía de la Casa del Señor Rey” en honor de la Inmaculada Concepción a la que únicamente podían acceder los nobles y empleados del séquito del monarca y a la que, posteriormente, se agregarían los gobiernos urbanos de la Corona y sus oficiales.
Enaltecida por la declaración en el Sínodo Diocesano de 1377 en el que el Arzobispo de Zaragoza, Lope Fernández de Luna, ordenaría la celebración de la fiesta “inmaculista” a perpetuidad, el rey Juan I de Aragón impulsaría su crecimiento definitivo puesto que, hallándose en nuestra ciudad en 1391, ordenaría que los congregantes residentes en Barcelona celebraran la fiesta solemne de la Purísima Concepción en la Capilla Real. Tiempo después, sería Martín “el Humano” quien regularizaría el funcionamiento de la Cofradía fijando, entre otras medidas, la celebración de la fiesta principal en Catedral de Barcelona así como estableciendo el orden que debía seguirse en la procesión que la Cofradía celebraba en la Ciudad Condal, comprometiéndose a prestarles cada año una imagen de la Santísima Virgen.
Bibliografía: Madurell Marimón, Josep María: "Dos manuscritos de la Cofradía del senyor Rey". Hispania sacra. Revista española de historia eclesiástica vol. 21 (1968) p. 429-480; Labarga García, Fermín: "El posicionamiento inmaculista de las cofradías españolas". Anuario de historia de la Iglesia, Nº. 13, 2004.
El texto "Tal día como hoy ... 8 de mayo" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2015.
Imagen principal: "Inmaculada Concepción", óleo sobre lienzo de autor anónimo propiedad de la Parroquia de San Gil Abad (fotografía del catálogo expositivo "María en el misterio de la Pasión").
