Lectura complementaria

Imagen de la actividad

LA IMAGEN ES LA VOZ. SOLO CRISTO ES LA PALABRA

El hombre necesita ver y sentir. Así lo entendió Dios y envió a su Hijo imagen viva de Dios que se reviste de lo sensible, de la humanidad. Lo divino quedaba oculto a los sentidos. Pero, a través de lo humano, se hacía comprender que allí estaba Dios, que Cristo era Dios.

¡Cómo se refleja esa unidad de lo humano y lo divino en los pasos de la Semana Santa de Zaragoza! La humildad de Cristo entregado por el Sanedrín y la Humillación del Señor, o la impresionante imagen de Jesús Atado a la Columna o la expresividad de la Coronación de Espinas o Abrazado a la Cruz.

Igual que la palabra es para el oído, la imagen lo es para la vista. Cristo es la palabra de Dios. La humanidad de Cristo es imagen que habla y dice los misterios de Dios. De la imagen visible transciende el hombre al amor de lo que no ve. Pero lo que ama no es la copia, sino el original representado. Y el hombre que contempla la imagen debe transformarse en imagen de Cristo. Nada de lo humano puede ser ajeno para el hombre. Pero entre todo lo humano, ninguna más sublime humanidad que la de nuestro Señor Jesucristo.

La imagen que se contempla conduce a la oración. Y con la imagen llega el mensaje y el contenido de la fe; con el retablo, el evangelio. Pero el pueblo sabe muy bien distinguir el camino de lo que es el santuario, el signo del credo de la fe, la representación, del misterio representado. No puede dudarse del gran valor catequético de la imagen. Es como un libro que facilita el que muchos puedan leer unos textos a los que no van a tener acceso de otra manera.

La imagen, el icono, la figura, es el soporte material, artístico, sensible, de una realidad invisible. Un reflejo del misterio de la Encarnación del Verbo en el que la visibilidad de lo humano conduce al reconocimiento de Dios. De lo sensible a lo que no se ve, de lo material a una contemplación espiritual. Es como un puente que enlaza al hombre con el misterio.

Tan equivocado es el camino de quien ve la imagen y en la imagen termina su caminar y pone allí su casa, como la de quien intenta olvidarse de los sentidos como ayuda para la alabanza a Dios. La representación ha de llevar al encuentro con el original representado: la imagen, al misterio de fe. La imagen favorece el encuentro íntimo con el Señor representado, y hace brotar la oración sincera y el deseo de ser imagen viva entre los hombres de Aquel que ha sido tan bellamente presentado en lo sensitivo. Se busca la imagen con la finalidad de vivir el misterio que ella manifiesta.

La imagen habla de aquello que representa. Y quien contemple la imagen del Señor, de la Virgen, o los santos, debe hablar con el misterio que eso es oración hermosamente contemplado en las imágenes. Si las imágenes son queridas, no es tanto porque sean bellas, sino porque expresan el amor del misterio en el que se cree.

Sería banalizar el valor de las imágenes el reducir su finalidad a lo meramente artístico, estético, cultural y, mucho menos, a quedarse en un artículo más para el comercio. Cuanto puede contemplarse, no es algo simplemente decorativo, sino que transciende lo bello para quedarse en quien es la Bondad y Autor de toda hermosura.

En el encuentro con la imagen se establece una especie de relación mística en la que el diálogo se hace íntimo, oracional, creyente. La imagen de Cristo es la del Señor de la misericordia, del perdón, del amor infinito al hombre. Está vivo y escucha la oración y súplica de los fieles. Es Dios puesto al alcance del hombre.

El Viernes Santo, la Antiquísima Hermandad de la Preciosísima Sangre convoca a todas las Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Zaragoza a participar en la procesión del Santo Entierro y acompañar al Santo Cristo de la Cama, una imagen del Señor muerto que llena de vida el corazón de todos aquellos que la contemplan, y que resulta ser pregón anticipado de esa resurrección de la que hablarán las imágenes de Cristo Resucitado y Santa María de la Esperanza y del Consuelo, en el día de Pascua.

La imagen es como el pan del que se alimenta la religión de la gente sencilla. Un lenguaje que entiende perfectamente el pueblo y provoca una fuerte conmoción y sentimiento. La imagen lleva a la palabra de Dios, pero es la Palabra quien justifica el valor a la imagen. De la meditación de la palabra de Dios nacen las imágenes, no al revés

La imagen es libro que habla de Dios y ayuda a hablar con Dios.


Cardenal Carlos Amigo Vallejo
Pregón de la Semana Santa de Zaragoza 2012