EXPOSICIÓN DE LA UNIDAD 1: CAPÍTULO 5

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Nuestra Cofradía no surge de la nada, por generación espontánea o por la loca idea de unos cuantos intrépidos. Los hermanos que la fundaron el 28 de abril de 1991 eran conscientes de heredar la tradición de siglos que hemos visto en la introducción, y de ser continuadores del modo de celebrar la Semana Santa en nuestra ciudad desarrollado (principalmente) por la Hermandad de la Sangre de Cristo desde el siglo XVII y enriquecido por múltiples influencias procedentes de toda España importadas por las cofradías penitenciales que, a partir de 1937, se fundarían en la ciudad.

Además, nuestra Cofradía también está ineludiblemente ligada a la historia de la Real Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar, la organizadora del conocidísimo “Rosario de Cristal” en la tarde de cada 13 de octubre desde el año 1889. Y más concretamente, en el grupo de jóvenes rebosantes de ilusión, dinamismo y generosidad en el trabajo apostólico, humano y cultural que, en 1974 y en el seno de la misma, fundaron la “Sección de Jóvenes”.

Cómo nuestra Cofradía ha llegado a ser lo qué es

La Cofradía, por tanto, surge del sentimiento, de la tradición, de la devoción, de la continuación de una serie de actividades que no se supieron apreciar lo suficiente hasta entonces. Pero, desde luego, se consolida con el compromiso de fe.

Pero la fe no es exclusiva, puesto que nadie puede creer por sí solo, como nadie puede vivir por sí solo. La fe la vivimos en comunión con los hombres y mujeres con quienes la compartimos, siendo esto precisamente lo que hacemos en la Cofradía: celebrar en sus actos la fe que tenemos en común. Porque la fe o se vive en la asamblea (que, como hemos visto, es lo que precisamente significa la palabra “Ecclesia” = “Iglesia”) o sencillamente no es fe cristiana. Por eso, pese a que cada uno de nosotros nos haya llevado a formar parte de la Cofradía una serie de motivaciones, deseos, experiencias y maneras de entender la vida (como preguntábamos al inicio de la unidad), lo importante es que en la Cofradía vivamos nuestra fe en contacto con los demás.

La vivencia de la fe (y el cómo la vivimos) es lo que diferencia a la Cofradía de cualquier otra forma de asociacionismo cultural, lúdico, gastronómico, deportivo, etc. La Cofradía no es solamente una entidad a la que se pertenece, ni siquiera una serie de actividades religiosas en torno a unas imágenes veneradas. La Cofradía es un espíritu, una vida, un patrimonio espiritual. La Cofradía es una fe compartida donde podemos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús que tristes y desanimados habían abandonado la comunidad pero que tras encontrarse con Cristo, escuchar la Palabra y vivir la Eucaristía, volverían a la comunidad para anunciar a Cristo vivo.

Así que, admitiendo un Padre común para todos, en la Cofradía  debemos vivir una forma peculiar de fraternidad que manifieste al mundo la alegría y testimonie la posibilidad real de vivir amando: las reuniones, cultos, procesiones, actividades, preparativos y ensayos nos deben ayudar a ser y a sentirnos más vinculados en la común condición de hermanos.

Y no nos podemos encerrar en nosotros mismos, sino que todo cuanto se haga por confraternizar con la archidiócesis, la parroquia u otras cofradías y hermandades, redundará en la profundización de nuestra verdadera fraternidad, debiendo desterrar cualquier tipo de competitividad porque para ser hermanos de verdad no hay que quedar por encima de nadie sino, en todo caso, «considerar a los demás mejores que uno mismo» (Rom 12, 10).


Referencias bibliográficas:

- Catecismo de la Iglesia Católica: “La respuesta del hombre a Dios” (capítulo III).

- Carlos Amigo Vallejo: “Religiosidad Popular”. PPC, 2008.

- Papa Francisco: Carta Encíclica “Lumen Fidei” sobre la fe, 2013.

- José Eizaguirre, José Ramón Mata y Manuel Amescua Morillas: “Paso a paso: itinerario de fe para hermandades y cofradías”. PPC, 2005.


 

EXPOSICIÓN DE LA UNIDAD 1
  • Capítulo 1
    La Cofradía, expresión de la dimensión social del ser humano
  • Capítulo 2
    La Santísima Trinidad, misterio nuclear de la Fe cristiana
  • Capítulo 3
    Jesucristo, fundamento y centro de nuestra Cofradía
  • Capítulo 4
    Una comunidad inserta en la Iglesia, la cofradía universal
  • Capítulo 5
    Nuestra Cofradía, heredera de un modo de vivir en fraternidad
ACTIVIDADES DE LA UNIDAD 1