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Fotografía principal: imposición de la medalla de la Cofradía por el Consiliario (fotografía de Jorge Sánchez). Fotografías secundarias: momento de la promesa de los hermanos de nuevo ingreso (fotografía de Jorge Sánchez); otro momento de la imposición de medallas que se realiza a los pies del altar mayor de nuestra sede canónica (fotografía de Ángel Beneded); imposición de la capa representativa del hábito penitencial por el Hermano Mayor (fotografía de Jorge Sánchez).

Durante la Cuaresma celebramos en nuestra Parroquia la Fiesta Titular de la Cofradía. Una celebración a la que asiste toda la Cofradía para, unidos todos los hermanos por un mismo espíritu de fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio, reafirmar nuestra fe cristiana y nuestra comunión eclesial, y para recibir y acoger a los hermanos que acaban de ingresar en nuestro seno.

Celebrada desde nuestra fundación en la tarde del Domingo de Ramos, momentos antes de iniciar la primera de nuestras salidas procesiones penitenciales, en forma de acto "paralitúrgico", con el trascurso de los años, la Fiesta Titular fue adquiriendo una estructura que intentaba sobrepasar el aspecto meramente formal, otorgándole una razón de ser y dotándola de un valor catequético y formativo, siempre en búsqueda del equilibrio entre lo tradicional en la Cofradía, inamovible desde la fundación, con la innovación y la mejora, siguiendo la dinámica renovadora del Concilio Vaticano II.

Con este fin, y para darle verdaderamente la dimensión más apropiada al acto más relevante de cuántos organiza la Cofradía a lo largo del año, el Hermano Mayor y la Junta de Gobierno de la Cofradía, contando con la conformidad del Hermano Consiliario, propusieron al Capítulo General de Hermanos de 25 de noviembre de 2012 el cambio de fecha de celebración de la Fiesta Titular, motivándolo por los siguientes fundamentos:

- Que la Eucaristía es "fuente y cima de toda la vida cristiana" (Concilio Vaticano II, “Lumen gentium”, 11) y que, por lo tanto, la Cofradía debe integrar su Fiesta Titular dentro de la celebración eucarística, puesto que no hay mayor solemnidad para la Iglesia que el culto sacramental.

Al celebrar la Eucaristía, hacemos presente el único sacrificio que realmente salva, por el que somos perdonados, por el que vivimos en la libertad del Espíritu Santo, por el que recibimos la promesa de la salvación total y definitiva. Celebramos la Eucaristía que es “un sacrificio de alabanza” (Heb 13, 15) y de acción de gracias, la mejor manera de construir la Cofradía porque también estamos construyendo la Iglesia. En torno a la Eucaristía se renueva continuamente la misión evangelizadora de la Cofradía: junto a la mesa eucarística, toma más conciencia de que está llamada a ser un lugar donde se proclama, se escucha, se medita y se acoge la Palabra de Dios. La Eucaristía nos compromete con el amor al prójimo porque ella misma es amor de Dios a mí y a todos y fuente de mi amor a Dios y al prójimo, que son mis hermanos.

- Que, como en el día anteriormente señalado para su celebración, Domingo de Ramos, dando cumpliendo al artículo 15.2 del Reglamento de Régimen Interno, la Cofradía ya celebra la Eucaristía siendo ésta, además, una de las más relevantes del año litúrgico -la del "Domingo de Ramos en la Pasión del Señor"- y cuya liturgia (bendición de ramos, proclamación del Evangelio, etc.) es compendio y fundamento de lo que corporativamente conmemoramos los días de Semana Santa, como comunidad eclesial en conciencia se debía potenciar y fomentar nuestra activa participación en la misma, por lo que para sobreponer otras celebraciones en el mismo día, se debía trasladar la Fiesta Titular a otro día señalado de la Cuaresma.

- Que el traslado de fecha, permitiría crear un nuevo momento de reunión de la Cofradía en el ámbito consustancial a su existencia, como es la celebración litúrgica, en donde acoger comunitariamente a las personas que desde ese día serán nuestros hermanos en Cristo. Y además, hacerlo con la máxima solemnidad que requiere, estando además únicamente concentrados en lo que se está celebrando en ese momento.

De esta manera, y con la pertinente aprobación capitular e inclusión en el Reglamento de Régimen Interno (artículo 15.1), la Cofradía celebra en Cuaresma "un acto de bienvenida a los nuevos Hermanos, mediante la Promesa, la Imposición de la Medalla y/o el Hábito a los nuevos Cofrades" que se suele completar con
la celebración previa del Capítulo General de Hermanos preparativo de la Semana Santa, y la organización de una cena de hermandad en donde fomentar socialmente la confraternización de los hermanos.

La "Fiesta Titular" se celebra en nuestra sede canónica, la Parroquia de San Felipe y Santiago el Mayor, con la celebración eucarística presidida por el Hermano Consiliario contando con el acompañamiento musical del recién creado "Coro de la Cofradía" y situándose en el Altar Mayor tanto el Guión como la Cruz In Memoriam. Tras la “liturgia de la Palabra” se procede al acto de “Profesión de Fe” y, seguidamente, la “Acogida de los nuevos hermanos” con la Promesa y la bendición e imposición de medallas y hábitos utilizando las siguientes fórmulas:

Llamamiento a los Hermanos de nuevo ingreso.

Nuestra Cofradía se reúne hoy para celebrar el ingreso en la misma de las personas que han solicitado, según nuestros Estatutos, formar parte desde hoy de esta asociación eclesial. Estamos aquí, todos juntos, en comunidad fraterna, para vivir una jornada de gozo. Y siendo uno de los fines de la Cofradía su culto público, nos alegramos de ver crecer la cantidad de sus hermanos, procurando que este incremento nos convoque a todos a crecer también en calidad de nuestro amor a Dios y al prójimo.

A continuación, llamamos a cada uno de los hermanos de nuevo ingreso, para que, a medida que se van nombrando, se acerquen hasta el Altar.

Promesa de los hermanos de nuevo ingreso.

Llega el momento de hacer la promesa como hermanos de la Cofradía. Este compromiso nos confiere un modo peculiar de vivir unidos, obligándonos a vivir como bautizados, ejerciendo nuestro derecho a asociarnos como laicos dentro del Pueblo Santo de Dios que es la Iglesia.

Consiliario: En el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿Queréis ingresar libre y voluntariamente como Hermanos de la Cofradía Jesús de la Humillación, María Santísima de la Amargura y San Felipe y Santiago el Menor?. Hermanos: SÍ, QUIERO.

Consiliario: ¿Prometéis defender cuantos Dogmas, Sacramentos y Misterios cree y profesa la Santa Iglesia Católica? Hermanos: SÍ, LO PROMETO

Consiliario: ¿Prometéis ser consecuentes con vuestra vocación y compromiso cristiano, fomentando la caridad fraternal, vuestra formación religiosa y dando testimonio cristiano en la colectividad de esta Cofradía y en todos los particulares de vuestra vida?. Hermanos: SÍ, LO PROMETO

Consiliario: Primero como católicos y luego como hermanos de la Cofradía, ¿prometéis mantener una conducta ejemplar, digna de estas dos opciones que libremente habéis aceptado?. Hermanos: SÍ, LO PROMETO.

Consiliario: ¿Prometéis esforzaros por cumplir todo lo dispuesto en los Estatutos y Reglamentos así como respetar los acuerdos y decisiones capitulares?. Hermanos: SÍ, LO PROMETO.

Consiliario: Si así lo hacéis, que Dios os lo premie y si no, que en su infinita misericordia os perdone.

Imposición de la Medalla de la Cofradía

Este es el momento en el que los nuevos hermanos reciben el signo que les distingue como tales: la medalla de la Cofradía, que les recordará, cerca del corazón, su deber de amar a Dios y a todos como hermanos.

Fórmula de bendición por el Consiliario:
Padre santo, que prefieres y aumentas la caridad, Tú has querido que tu Unigénito Hijo Jesucristo se encarnara en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo; concede a estos hijos tuyos, que reciben con devoción la Medalla de la Cofradía Jesús de la Humillación, María Santísima de la Amargura y San Felipe y Santiago el Menor, la gracia de revestirse del Señor Jesús en todas las circunstancias de esta vida y alcance así la gloria eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. AMÉN.

Consiliario: [imponiendo la medalla a cada uno hermano, diciendo]
Recibe esta Medalla de la Cofradía como señal de pertenencia a la misma y como prueba de amor a Cristo y a María Santísima.

Consiliario: Desde este momento quedáis recibidos como Hermanos de nuestra Cofradía. Sea todo a mayor gloria de Dios y de su Bendita Madre María. AMÉN.

Imposición de capas en representación del hábito de la Cofradía.

La acogida concluye cuando el Hermano Mayor procede a imponerles la capa como prenda representativa del hábito penitencial. El hábito tiene dos valores irrenunciables: la identidad cofrade y la coherencia de vida. Revestidos de cofrades fortalecemos nuestro sentimiento de identidad. Igualados en la vestidura manifestamos nuestra unidad. Uniformados de blanquinegro exponemos nuestro espíritu penitencial. Pero, sobretodo, ataviados con nuestro hábito indicamos una pertenencia: somos miembros de una fraternidad viva, aún más somos y nos sentimos sólo de Él, de Jesucristo.

Seguidamente, llamamos también a los Hermanos Infantiles que alcanzan la edad para ataviarse con el Hábito completo de la Cofradía:

Hermano Mayor: Recibe el Hábito de la Cofradía, muestra de tu compromiso con Cristo y con tus hermanos.

Reconocimiento a los hermanos

Finalmente, esta parte de la eucaristía de la "Fiesta Titular" concluye, cuando corresponda, con la entrega de distinciones de los nombramientos de los "Hermanos Mayores de Honor" y "Hermanos de Honor" así como la imposición de la "insignia de plata" (y de "oro" cuando corresponda) a los hermanos que hayan cumplido 25 años de su pertenencia ininterrumpida a la Cofradía. Insignia que reproduce fielmente el escudo de la Cofradía tal y como se encuentra bordado en el guión titular.

 

Licencia Creative Commons El texto "Fiesta Titular de la Cofradía" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2009-2017.

Fotografía principal: imposición de la medalla de la Cofradía por el Consiliario (fotografía de Jorge Sánchez). Fotografías secundarias: momento de la promesa de los hermanos de nuevo ingreso (fotografía de Jorge Sánchez); otro momento de la imposición de medallas que se realiza a los pies del altar mayor de nuestra sede canónica (fotografía de Ángel Beneded); imposición de la capa representativa del hábito penitencial por el Hermano Mayor (fotografía de Jorge Sánchez).