Jueves Santo. Día en el que el Señor instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Día del “Amor Fraterno”, del amor basado en esos dos pilares inamovibles que son el servicio y la solidaridad. Los mismos pilares que sustentan toda la acción que lleva a cabo durante 365 días al año la Hermandad del Refugio y que puede desarrollarla, en gran medida, gracias a la cuestación que realiza este día, para la cual y durante otro año más, la Cofradía colaboró con la presencia de hermanos en la mesa petitoria instalada en el atrio de la Parroquia de San Felipe.

En esta tarde, nuestra Parroquia se abarrota de feligreses que asisten a los oficios “in Coena Domini”, con los que se inicia el Triduo Pascual, y de fieles que adoran al Santísimo Sacramento en su lugar de reserva. Pero, también, por multitud de personas que se acercan para contemplar respetuosamente tanto nuestras Imágenes Titulares como la del “Santísimo Ecce Homo” en la majestuosidad de sus pasos y bajo la solemnidad otorgada por los hermanos que les tributan “guardia de honor”. Se llena con aquellos que recogerán una estampa que les acompañará a ellos mismos y (seguramente) a sus familiares durante todo el año y, especialmente, en los momentos más difíciles; o, simplemente, de por quienes rezan ante ellas aprovechando este espacio que ofrece calma y sosiego espiritual dentro de una tarde frenética de procesiones en la que las calles zaragozanas se colman del clamor de tambores y bombos anunciadores del misterio nuclear de la Pasión de Cristo.

Fotografías de David Beneded Blázquez.